31 de octubre de 2011

T'efface mes complexes, panse mes faiblesses

Abro Grooveshark, suena Anis... Sitting on the dock of the bay... y vienen los recuerdos, uno a uno, de cada sensación, de cada sentimiento que he ido dejando pasar en el tiempo. Todos los sueños de maremotos, de olas gigantes rojas y verdes, golpeándome el cuerpo mientras escapo. Los autos, la gente, los besos, los abrazos, y otra vez, el mismo presentimiento, ese vacío en el estómago de complicidad, de estar haciendo algo mal, pero en el fondo, saber que haces lo correcto.

Y en cada letra se va desenredando este corazón, para qué más tonto de las venas, ahora apagado, en pausa, y sin sentir. Y cuando sienta qué pasará?. Saldré huyendo como siempre?, iré a parar al mismo abismo de no tener nada por qué luchar?

Y a veces por conveniencia, uno deja de hablar con/de la gente, pero ni siquiera hay felicidad. No hay nada, ni un poquito de emoción en saber que haga lo que haga, la felicidad se me escapa como siempre.

Pesadillas y sueños que se mezclan y ya no sabes que hacer. Y la inseguridad se transforma ya no en una canción, ni en un palpitar, sino en algo tangible que se te escapa del corazón y sube por tu garganta.

Quien diría que había tanto de ello en mi. Tanto miedo, tanta precaución, tanta baja autoestima. Yo no lo sabía. Y aquí estamos, reconstruyendo sobre los cimientos, con canciones y sonrisas, para que nunca más se quiebre la superficie de cristal.

Cómo saber que una pequeña acción, 1, 2, 3 o 4... incluso 5 años atrás, harían merma ahora, en este instante y colapsarían todo lo que yo pensaba que estaba bien en mí.

Pero bueno, tampoco es que me queje, si algo valoro de esto, es que sigo aprendiendo, y si me equivoco, qué mas da, la satisfacción de cada experiencia quedará por siempre.

No hay comentarios.: